¿Quién es?
De raza incólume asentada en las raíces del cabello, su padre ya era barbero y dos generaciones anteriores también lo fueron.
Violeta Oliver
Estilista
Violeta Oliver
Comencé en la barbería, junto a mi padre y eso siempre estará ahí; me encanta y me apasiona. No me planteo dos vertientes, aunque la peluquería masculina está en pleno auge, y falta le hacía despertar de su letargo. Hace 10 años decir que eras barbero daba hasta vergüenza, ahora es todo un orgullo y así debe de ser para siempre.
Llevo toda mi vida entre peines. Pero desde que abrí mi salón ha sido todo muy emocionante, me ofrecieron ser miembro de Intercoiffure, en concreto mi amigo y puedo decir mentor Luis Alegría. Luego, gracias a Pedro Sixto (‘descanse en paz’) pude ir al Congreso Mundial de Intercoiffure con la Fundación Guillaume, dándome la oportunidad de trabajar en el escenario y poder mostrar mis habilidades. Desde ese viaje todo ha ido en ascenso. Hay que trabajar duro pero cuando tu trabajo es tu hobby no te pesan las horas en el salón o ensayando. Pero si tengo que valorar algo por encima de todo eso son los amigos que he hecho en el camino.